El
flamenco incluye como cuarenta especies, algunas de las cuales proliferan en
treinta o cuarenta formas bien diferenciadas. En la actualidad, el dominio del
arte flamenco comprende más de 500 cantares.
«Nuestra
clasificación es realista, se basa en la experiencia y se funda en hechos
evidentes, sin pretender otra cosa que reducir, en lo posible, al orden el caos
flamenco. No pensamos en términos genealógicos cuando utilizamos los de
"emparentado" o "influido". Por lo primero entendemos semejanza, aire familiar,
sin comprometer afirmaciones de otra especie. Consideramos que la totalidad de
los cantes flamencos es reductible a cuatro grandes categorías:
Cantes flamencos básicos. Cantes flamencos emparentados con los básicos o influidos por ellos. Cantes flamencos derivados del fandango andaluz. Cantes folclóricos (regionales) aflamencados.
El primer grupo
se define por su propio contenido. En él se incluyen
siguiriya, soleá, toná y tango.
Las cuatro modalidades básicas coinciden en ser pura e integralmente "gitanas"
(bajoandaluzas, se entiende).
El segundo grupo
está integrado por cantes cuya función no es básica, pues no sostienen nada ni
son fundamento de otros. Es el grupo más numeroso y lo componen especies
emparentadas, no sabemos con qué tipo ni en qué grado de parentesco con algunos
de los básicos, o bien influidos. Estos los llamamos así, porque consta que son
de "otra" familia, pero están influidos por los básicos. Es el caso de las
"alegrías", procedentes de la jota. Los cantes del segundo grupo son
gitano-andaluces:
Cantes emparentados con la siguiriya:
livianas
y serranas.
Cantes emparentados con la soleá:
polo, bulerías, caña, alboreá, romance.
Cantes influidos por la soleá:
cantiñas gaditanas, alegrías, romeras, mirabrás, caracoles
y toda la gama de
cantiñas en general.
Cantes emparentados con la toná:
saetas.
El tercer grupo
lo forman los cantes flamencos derivados del fandango andaluz, un grupo muy
numeroso también. Este tercer grupo es íntegramente andaluz. Ante todo está
constituido por una extensa gama de fandangos que llamamos locales para
diferenciarlos de los de creación personal, menos interesantes y de reciente
cuño: fandangos locales
(de Huelva, Alonso, Valverde, etc.), verdiales,
rondeñas, fandangos de Lucena. Del tronco de los
fandangos locales procede el importante conjunto de los
cantes levantinos y malagueños,
con la taranta y el
taranto, la
cartagenera,
minera,
granaínas,
jaberas y
malagueñas. Hemos excluido las
murcianas que no han superado el plano del folclore regional.
El cuarto grupo
es el más débil, el de los cantes folclóricos aflamencados. Lo folclórico, lo
regional, se equilibra con el "aire" que han tomado en préstamo a lo flamenco, e
incluso, en casos, sobresale. Tres subdivisiones - necesariamente geográfidas -
clasifican el panorama:
-
Cantes folclóricos aflamencados andaluces: peteneras, sevillanas, nanas, villancicos, campanilleros, bambas, trilleras, pajaronas, temporeras, marianas.
-
Cantes folclóricos aflamencados de procedencia galaico-asturiense: farrucas y garrotines.
-
Cantes aflamencados de origen hispanoamericano: guajiras, columbianas, habaneras, milongas, vidalitas y rumbas.» (o. cit., pp. 152-155)
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